Los Jubilados nos vamos quedando sin opciones


Hace unos días tuve una de las experiencias más traumáticas y frustrantes que haya vivido en una institución bancaria.

Harto del mal servicio que recibo de parte de uno de los bancos con que opero, me decidí cerrar las cuentas y cancelar la tarjeta de crédito que en él tenía y migrar a otro banco que había ya seleccionado. Pero como más sabe el diablo por diablo que por viejo, antes de tomar esta drástica decisión, me dirigí al banco destino para averiguar condiciones y factibilidad, pues la movida estaba condicionada a que en este banco me diera el mismo límite de la TC de crédito que iba a cancelar. 

Me siento frente a la oficial de Servicio de Negocios y le explico lo que quiero y mis condiciones, ella me pide la cédula y empieza a navegar en su PC. Luego de un (buen) rato, me dice: "Usted tiene un historial de data crédito impecable, pero por su edad no podemos darle ese límite en la tarjeta. En estos casos, la política del banco es que usted abra un certificado de depósito y entonces le damos el 80% de su monto como límite de crédito de su nueva tarjeta". 

Nota: con esa condición me estaba tratando como si mi historial de crédito fuera exactamente lo contrario de lo que me había dicho... 

Tras un cálculo mental rápido me di cuenta que tendría que abrir un certificado por un monto de RD$750,000.00 para aspirar al límite de crédito actual de mi tarjeta. Muy cortésmente, le di las gracias a la señorita y me despedí con una sonrisa. 

La experiencia me ha hecho reflexionar.  

A los "envejecientes" (como nos llaman) no solo -por lo general- nos dan pensiones de miseria, sino que no nos emplea nadie (no existe una política social de estado que cree cuotas u obligue a emplear personas en edad provecta que estén en condiciones de seguir aportando a la riqueza social), y ahora también veo que los bancos limitan nuestras posibilidades de hacer negocios con ellos (claro, si no se trata de "viejos" millonarios, porque a estos les abren las puertas de par en par, por no decir las piernas). 

Esta es solo una de las injusticias sutiles, que por lo general pasan inadvertidas para la mayoría de los ciudadanos. 

Somos una basura que el camión colector ve y pasa de largo...  

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