Elena habla con la luna


Caída la tarde, en esa especie de interludio que la separa de la noche, mi nieta, mirando por la ventana, me grita, iluminados sus ojitos de azabache:

-"¡Yoyo, la luna...!"

Yo le explico que la luna sale cuando está oscuro... (sin querer le he dicho una mentira que en pocos segundos ella se encargará de desbaratar).

- "No, Yoyo, la luna, en el cielo..."

Yo me asomo a la ventana y ciertamente, la luna resplandece, abriéndose paso entre nubes grises que presagian lluvia.

- "Tienes razón, ahí está la luna, parece que hoy salió más temprano..." (le digo para enmendar mi mentira involuntaria).

Elle se queda mirándola en silencio y al ratito le dice, con su vocecita suave:

-"Luna ven, baja... baja conmigo, luna..." y se abraza a sí misma, como ofreciéndole ese abrazo a esa esfera de luz plateada, que la fascina...

De repente, compungida dice:

-"¡Ay, onme...!"

Una nube impertinente ha cubierto la luna, que quizás también se entristece por haber sido privada de la belleza que veía tras la ventana.

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