Mi viejo y el mar
El viejo está pescando,
por eso no lo escucho, ni lo veo
conversar con las olas
y las algas marinas.
El viejo está muy solo,
espera paciente
allá en su peña,
besado por la brisa marinera,
atento a su cordel,
cabila, espera.
Sospecha que no tiene ya carnada,
recoge, revisa, vuelve y tiende,
mientras el sol
se refleja en sus ojos, como el mar.
Y yo sigo aquí, obstinado,
en este mundo,
sumido en cosas intrascendentes,
esperando, eso sí, que mi viejo
me lleve al fin con él
a avechuchar.
por eso no lo escucho, ni lo veo
conversar con las olas
y las algas marinas.
El viejo está muy solo,
espera paciente
allá en su peña,
besado por la brisa marinera,
atento a su cordel,
cabila, espera.
Sospecha que no tiene ya carnada,
recoge, revisa, vuelve y tiende,
mientras el sol
se refleja en sus ojos, como el mar.
Y yo sigo aquí, obstinado,
en este mundo,
sumido en cosas intrascendentes,
esperando, eso sí, que mi viejo
me lleve al fin con él
a avechuchar.
Comentarios